sábado, 18 de agosto de 2007

Auxilio, otra llamada del banco.

Hoy es sábado, día en que supuestamente podemos dormír y descansar. Pero eso no sucede. No porque tenga muchas cosas que hacer, a fin de cuentas la ropa para lavar no va a desaparecer, ni los trastes, ni el polvo (de vez en cuando juego al ama de casa). El problema es que desde las nueve de la mañana he estado recibiendo llamadas de los bancos para vender de todo, tarjetas de crédito, de débito, seguros de todo tipo y demás productos bancarios y crediticios. El asunto es que no hay día de la semana en que no estén llamando, por más que se les dice que no. Llaman todos los días, desde temprano, incluso en domingo.

Yo entiendo que estas personas les pagan por estar llamando, por vender los productos, que tal vez su único sueldo viene de las comisiones, pero ¿por qué insisten en llamar desde tan temprano en fin de semana? ¿Acaso reciben un bono por cada persona que despierten? Por más que se les dice que no está uno interesado siguen llamando, a veces hablan cuatro o cinco veces del mismo banco para ofrecer exactamente lo mismo.

Sí alguien conoce la forma de evitar que te estén llamando constantemente para vender cosas que no quiero ni me interesan, por favor avísenme.

Sean felices.

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